Esta situación puede suponer un riesgo para las organizaciones que quieren aprovechar las ventajas de la IA, que ya utilizan o tienen previsto utilizar el 85% de los encuestados a nivel global y el 83% en España. La IA puede ayudar a mejorar la eficiencia, la innovación y la competitividad de las empresas, pero también requiere una infraestructura digital robusta, flexible y escalable.