El último en la lista que ha desatado una nueva tormenta entre muchos consumidores ha sido el dióxido de titanio, que en las etiquetas de los alimentos aparece como E171, un colorante presente en muchos dulces como galletas, chicles, golosinas o chocolate, aunque no es un aditivo exclusivo de estos. La agencia para la seguridad alimentaria de la UE -EFSA, por sus siglas en inglés- lo ha declarado seguro, pero Francia lo retiró en abril. La noticia parece invocar a una nueva guerra contra los añadidos ‘artificiales’, una vuelta a esa idea de ‘sin colorantes ni conservantes’.

 

Quién mejor que quien viene del campo para saber qué necesita el propio campo. Por eso, las técnicas de Agromarketing se utilizan en todos los rincones de la «agroindustria», incluidas las pequeñas granjas, grandes explotaciones y los colectivos; los distribuidores; los fabricantes de maquinaria agrícola, plaguicidas y mejoras genéticas para cultivos y ganado; los vendedores de piensos y semillas; y más. Además, también hay organismos gubernamentales que aplican estas prácticas de marketing agrícola.

La declaración del estado de alarma en marzo y el posterior confinamiento provocó una oleada de acaparamiento de alimentos por miedo a quedarse sin comida y un cambio radical en los hábitos de consumo. La harina y la levadura para repostería tuvieron crecimientos cercanos al 200% durante algunas semanas de abril, la compra de chocolate y snacks se disparó y aumentó de forma destacada la demanda de fruta fresca, legumbres, cerveza y vino.

 

Una encuesta realizada por el Grupo de Innovación Sostenible para el Sector Alimentario (GIS) y Agrifood Comunicación durante el mes de julio, en la que se han obtenido 2.575 respuestas de un muestreo probabilístico, revela que el 90% cree que tanto la ganadería como la industria cárnica deberían considerarse sectores estratégicos para nuestro país, sin esperar a que llegue una crisis para ello; frente al restante 10%, que dice no tener una opinión al respecto o no considerarlo necesario.

Fira de Barcelona organiza el 28 y 29 de septiembre el FHG Forum (Food & Hospitality, Turism and Gastronomy Forum) con el objetivo de contribuir a la recuperación del sector en el contexto actual. Con formato híbrido, virtual y presencial, en el congreso destacados ponentes y empresas abordarán aspectos cruciales de los sectores representados en salones como Alimentaria, Hostelco y Fòrum Gastronòmic Barcelona.

La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) considera «un alivio» la decisión del gobierno de Estados Unidos de no incrementar aranceles a productos agro-mar-alimentarios españoles y valora positivamente las gestiones realizadas por el Gobierno español con las autoridades estadounidenses. Sin embargo, desde Fiab,  recuerdan que el problema «no se ha terminado» y que siguen en vigor los «injustos aranceles» impuestos a más de un centenar de productos españoles.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tiene previsto remitir este otoño próximo a las Cortes Generales el proyecto de ley que «completará» el decreto aprobado en febrero sobre modificaciones en la ley de la cadena alimentaria y en el marco de unos «precios dignos y justos» para agricultores y ganaderos.

La necesidad de mejorar la productividad agrícola y su sostenibilidad es uno de los retos más importantes que enfrenta la humanidad. Alrededor del 40% del rendimiento de la cosecha mundial es destruida por plagas antes de la recolección. Por lo tanto, investigar e implementar mejoras en el manejo de las plagas debe ser una forma muy importante de aumentar el acceso de la población a los alimentos. La agricultura precisa satisfacer las necesidades de alimentos de una población mundial en rápida expansión sin suponer un riesgo sobre el medio ambiente.

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