Los potenciales retos de mayor interés para las empresas canarias, identificados en base a encuestas y análisis de  tendencias en la industria agroalimentaria, han sido los siguientes:

  • Reto 1: Desarrollo de nuevos productos.

En un contexto cada vez más competitivo y con unos consumidores con un nivel de exigencia cada vez más alto, aplicar técnicas innovadoras para la creación de nuevos productos es un aspecto clave y fundamental para su diferenciación respecto a los productos de la competencia que permitan destacar en el mercado.

  • Reto 2: Seguridad y calidad alimentaria

La seguridad y calidad de los productos se enmarcan como una demanda prioritaria en el sector agroalimentario, como así reflejan las políticas de la Comisión Europea que se dirigen a garantizar un alto nivel de seguridad y calidad de los alimentos. Sin embargo, dado que a menudo surgen nuevos retos a los que hacer frente en materia de seguridad e imposibilita la erradicación de los riesgos, los esfuerzos deben focalizarse hacia la prevención de los mismos para adelantarse a las dificultades o problemáticas que puedan producirse. Por este motivo, resulta necesario hacer un seguimiento continuo de nuevos métodos y/o tecnologías que se introduzcan en el mercado (utilización de biosensores, aplicación de tecnologías de higienización…) que aseguran la calidad y seguridad alimentaria de los productos, así como solventar los problemas que presentan las empresas del sector agroalimentario en las islas en este sentido. Los consumidores prestan cada vez más atención a lo que comen, y la necesidad de transparencia y compromiso nunca ha estado tan presente.

  • Reto 3: Sostenibilidad/ Economía Circular

Adoptar un nuevo modelo de desarrollo que se focalice en un uso eficiente de los recursos (tanto materiales como energéticos) con la finalidad de que exista un mejor aprovechamiento de las materias primas y se genere la menor cantidad de residuos posible, resulta fundamental. Principalmente en un mercado cada vez más globalizado que se ve afectado por el agotamiento de una serie de recursos. Las estrategias y modelos fundamentadas en el concepto de “Economía Circular” aportan soluciones para la mejora de la competitividad de las cadenas alimentarias replanteando el modelo actual de ciclo de vida de los productos, para pasar a apoyarse en un modelo integral de gestión que genera nuevas ventajas, tales como: reducción del uso de recursos naturales no renovables, impulso del análisis del ciclo de vida de los productos, incorporación de criterios de ecodiseño, promover pautas que incrementen la eficiencia global de los procesos productivos, promover formas innovadoras de consumo sostenible, así como, entre otros, el uso de infraestructuras y servicios digitales.

  • Reto 4: Transformación digital

Ante un mundo cada vez más globalizado e hiperconectado, surgen nuevas oportunidades de negocio ante las cuales el sector agroindustrial se encuentra aún reticente. El sector agroalimentario debe dar un paso al frente y evolucionar hacia un modelo de negocio que permita aprovechar las grandes ventajas que aporta Internet para ser más competitivo y poder vender en un entorno cada día más internacional y conectado. Es innegable la influencia que ha adquirido el mundo digital (redes sociales, plataformas de comercio electrónico…), que permiten ampliar horizonte y alcanzar clientes de cualquier parte del mundo.

  • Reto 5: Nuevos mercados e internacionalización

Cualquier empresa con independencia de su sector, al alcanzar cierto estado de madurez, debe plantearse incorporar en su estrategia la exportación o internacionalización para continuar su crecimiento, permitiéndoles ser más competitivas también en el ámbito nacional. En este sentido, no sólo se requiere una estrategia sólida comercial, sino capacidad financiera para abordarlo, contar con socios en los países de destino, desarrollo de productos adaptados a las demandas de los consumidores del país destino, entre otros aspectos.